La mentira del mercado.

Pastillas y cápsulas, máquinas, fajas, cremas, tés, brebajes, raíces, frutas exóticas...la lista es enorme y el mercado que ha creado este tema es monstruoso.

El "bajar de peso" o mejor dicho, el adelgazamiento, es parte de los negocios mundiales más exitosos del momento en el asunto de ingresos económicos y no es para menos.
Una población mundial que cada vez come peor por falta de tiempo y comodidad, necesita soluciones inmediatas y mágicas para perder todo aquello que ha ganando.

Recientemente vi anuncios en televisión nacional de unas pastillas que prometen hacernos comer menos, como si el problema fuera comer mucho ja ja.
Es parte del marketing facilista que te vende la fórmula mágica del adelgazamiento.

El cuerpo humano NO FUNCIONA ASÍ.
Como lo explicaba en uno de nuestros videos, el acumular o no grasa corporal, depende de la diferencia en el consumo calórico diario, o sea, dependerá del consumo de carbohidratos que son quienes se convierten en GRASA.
Es cierto que existen sustancias presentes en algunos alimentos que ayudan a ciertas funciones cuando se carece de ellas como el consumo de fibras que barre con los cúmulos de materia fecal en el intestino y los antioxidantes que le dan un respiro las células para vivir más tiempo y más sanas haciendo así posible un mejor metabolismo pero ninguna sustancia, NINGUNA, nos hace perder grasa porque no depende de lo que metamos par combatir lo que ya está acumulado sino de lo que no metemos para que se acumule.

Cada quien es dueño de su dinero y puede gastarlo como desee pero es su responsabilidad el aceptar si lo timan con promesas muy brillantes y coloridas pero sin fondo ni fundamento científico.

Hay dos modos seguros e irrefutables, científicamente hablando, de adelgazar: una es reduciendo drásticamente la ingesta de carbohidratos; especialmente los refinados y vacíos y, la otra, haciendo ejercicio aeróbico como el caminar o hacer HIIT. Punto.
Cualquiera otra promesa de adelgazamiento rápido, en pocas semanas o sin moverse del sofá, es una evidente farsa.

A partir de hoy, renuncie a ser uno más de las tantas víctimas del mercado consumista.